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¿Qué te hace sentir agradecido?

Hace un par de días, tuve la oportunidad de impartir un curso para el desarrollo de habilidades directivas; en este grupo, conformado por directores y gerentes de empresa, comencé por preguntarles sus nombres y les pedí que agregaran tres razones por las que se sentían agradecidos con la vida.


Para algunos participantes, muy enfocados en la vida empresarial, las finanzas, los números y resultados, ésta fue una pregunta un tanto extraña, así que tuve que explicarles que mi intención era comenzar un curso de capacitación, reconociendo las conquistas alcanzadas y que éstas podrían ser en términos monetarios o incluso intangibles, pues el gozar del amor de una pareja, hijos, los padres o amigos, es un “activo” (ya en términos contables, fue más fácil el que se engancharan con mi actividad), al cual pocas veces reconocemos como tal.



Las respuestas que obtuve no me sorprendieron, puesto que esta es una actividad que he hecho desde hace tiempo; sin embargo, me gustó poder corroborar que para la gente lo más importante y lo que más valora es:


La familia

El tener trabajo

El desarrollo profesional

El disfrutar del tiempo libre

El estar vivo

El gozar de buena salud


Considero que no es fortuito, ni sorprendente, el pensar en estas posibilidades en primera instancia, pues de alguna manera, el trabajo cubre las necesidades básicas; la familia nos da la pertenencia, y logramos la trascendencia y despertamos la creatividad, a través del desarrollo profesional.


Lo que sí me llamó la atención, es que hay una tendencia a “dar por hecho” los privilegios de los que gozamos, tanto que, hasta les olvidamos, los llegamos a banalizar y, en algunos casos más graves, hasta sin querer les despreciamos (entendiéndose el desprecio como la falta de atención o cuidado).




Es por ello que dicen que “nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”. Porque estando inmersos en nuestras actividades diarias y con la cabeza en “nuestro mundo”, dejamos de lado a nuestros seres queridos, pues sabemos que contamos con ellos y que estarán ahí para nosotros si les necesitamos; pero, olvidamos decirles “te quiero”, así nada más, sin motivo, sin razón; olvidamos decirles gracias, “por nada y por todo”, pero sin que hayamos recibido algo a cambio en ese preciso momento.


Con nuestra salud llega a pasar igual; estamos bien, sanos, y pareciera que no nos preocupamos por cuidarnos, y en el trabajo pasa que nos quejamos porque “apenas es martes y falta mucho para el viernes”; “hay mucha chamba”; “falta mucho para las seis”, y un sin número de cosas que parecieran malestares, cuando en realidad son parte de la fortuna de tener un trabajo




Aquél que no tiene trabajo, seguro que no tiene esas mismas presiones, no se preocupa por un horario, o por verle la cara al jefe o jefa; sus preocupaciones tal vez sean diferentes: ¿Cómo voy a hacer para pagar las cuentas?


Mi invitación el día de hoy, es a ser agradecidos, a sentirnos verdaderamente afortunados de tener a nuestros seres queridos, nuestro trabajo, nuestra salud y todo aquello que se te ocurra que tienes y que quizá hayas olvidado agradecer y apreciar.


Y Tú ¿Qué más agradeces en esta vida? Compártenos.

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