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Soy más que un cuerpo ¡..soy siete cuerpos!

Más allá de nuestro cuerpo físico que, que al igual que todo en la naturaleza, es la manifestación de fuerzas cósmicas y campos de energía e información, se encuentran otros seis cuerpos (aunque puede haber muchos más) interactuando intrínsecamente en nuestra evolución constante.

Este cuerpo físico que toca, siente, respira, mira, escucha y degusta, es sólo nivel más denso de los campos energéticos. Este cuerpo es el resultado de la condensación o materialización transitoria de la energía misma del universo, y esta energía no es otra cosa que el movimiento de la Conciencia Cósmica.


Los campos vibrantes de información y energía pueden "materializarse", presentándose en diversos planos o "densidades" de acuerdo con su nivel de vibración, desde la conciencia cósmica e infinita, hasta la materia y el cuerpo físico, es decir, diferentes expresiones de la misma esencia.


Por tanto, el cuerpo físico es una creación de la conciencia. Pero en el ser, cada plano está representado por un cuerpo y éstos son con los que más nos relacionamos: El cuerpo físico, el etérico, el mental y el emocional, que forman parte del cuerpo inferior. Y nuestros cuerpos superiores: Cuerpo astral o conciencia crística, cuerpo causal superior, y la presencia YO SOY o partícula divina.


Cuerpo Físico.

Funciona en la tercera dimensión y es el plano material denso; es el punto de anclaje de la divinidad. Está diseñado para experimentar y ejecutar.


Cuerpo etérico.

Funciona en cuarta dimensión y rodea nuestro cuerpo físico. Es la figura verdadera de la forma humana tangible, pero compuesto de una material mucho más sutil. Su función principal es la de archivar ordenadamente todos nuestros recuerdos y hechos, desde nuestro nacimiento hasta nuestra desencarnacion.


En el cuerpo etérico es una matriz o una plantilla energética donde se superpone la estructura de nuestro cuerpo físico. Este molde energético también es el vehículo de la información que determina el desarrollo del feto durante la gestación en el útero, así como también el de los datos estructurales que dirigen la reproducción y reparación de los tejidos después de una lesión o enfermedad.


Esta información inteligente contenida en la matriz etérica es la que da origen a la organización genética de las células. Hay experimentos que demuestran que previo a la formación de una hoja de una planta, en la contraparte etérica ya se ha desarrollado la estructura completa de ella.

Por el mismo mecanismo, muchas enfermedades tienen sus comienzos en bloqueos energéticos del cuerpo etérico y más tarde se manifiestan como patología orgánica del cuerpo físico.


Cuerpo Mental.

Este cuerpo pensante funciona en cuarta dimensión y contiene todos los conocimientos y conceptos extraídos de toda fuente de información (tanto de la vida presente, como de otros planos). Éste nunca se cansa ¡aunque a veces nos gustaría que nos dejara descansar! Esta es la razón por la que a veces hemos confundido su labor y, en desde la era de la ilustración o siglo de las luces, se le han dado todos los méritos.


Sin embargo, debemos aprender a controlarlo para que cumpla con su verdadera misión: Ser un depósito de ciertas verdades y expandir el conocimiento en el mundo de la forma.


El cuerpo emocional.

Es quizá tan popular como el mental y quizá igual de mal entendido. Su función es irradiar e intensificar las virtudes divinas: La paz, el perdón, la alegría, el servicio y todo aquello que produce armonía.


No obstante, este cuerpo muchas veces es mal utilizado y se ha convertido en un campo de deseos inferiores, que generan malestar y enfermedades en el cuerpo físico: Ira, celos, rencor, odio, angustia y miedo principalmente.

En este sentido, las sustancias químicas que se generan cuando tenemos estas emociones, pueden volverse adictivas.


Son las emociones una de las pruebas fundamentales para todos los seres humanos. Es como tener una cuadrilla de caballos furiosos y desbocados a los que, con sabiduría, paciencia y amor, debemos dominar.




Cuerpo Crístico.

Todo ser humano en su evolución contiene la escencia crística interior. Cuando se le permite libertad de acción actuará como un director divino en todos los asuntos materiales.

Se enfoca a través de la llama triple, la cual es la vestimenta de nuestro ser crístico en el corazón del ser físico.


Actúa como mediador entre la conciencia exterior del hombre y su ser superior. Es decir, al estar presente dentro del corazón de cada ser humano, sirve de vehículo entre la divinidad y el cuerpo físico.


El cuerpo causal.

De él podremos decir que es como nuestra energía superior. Se encuentra espacialmente rodeando la cabeza de nuestro ser superior y varia de tamaño y calidad de acuerdo a la cantidad de energía calificada constructivamente por nosotros a través de las edades y las vidas.


Su trabajo es el de recoger todas las cosas que hemos hecho en cada existencia y retenerlas hasta que nuestro mundo físico y nuestros vehículos inferiores están lo suficientemente armoniosos para poder recibir el beneficio de este depósito del bien, es decir es el encargado de suministrarnos todo lo que seamos merecedores.


Cuerpo Divino

También llamado Presencia divina o Yo Soy, es el ser de nosotros que conoce la perfección y continuamente la irradia hacia mundo de las formas.


Es el encargado de sostener en nuestro Ser la energía de alta frecuencia vibratoria de nuestra Chispa Divina, y quien nos trasmite nuestro particular Plan Divino. Esta chispa divina es receptora y transmisora constante de la fuente de luz cristalina para darnos vida.



Percíbelos. Alínealos.

A través de esfuerzo y disciplina emocional y mental; ejercicios respiratorios y físicos; mediante la meditación; a fuerza de investigar, leer y escuchar información relacionada con el Despertar de la Conciencia; a través de relacionarte con personas comprometidas en su crecimiento espiritual, y rodeándote de seres que elevan su frecuencia y que están conscientes de su divinidad, puedes percibir cuidar y cultivar tu energía vital.


Es un camino de autoconocimiento, de exploración y aprendizaje que requiere esfuerzo y dedicación constante. La práctica puede llegar a ser difícil, pero todo esfuerzo conquista logros. Y, en este camino, tu avance jamás debes compararlo con el de nadie más. Recuerda siempre respetar profundamente el proceso evolutivo de los otros y el tuyo mismo.



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