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Cómo dar una mala noticia a un niño.

Muy frecuentemente escucho, tanto de personas sin mucha preparación o experiencia, como de aquellas que esperaría que tuvieran más claridad en el tema, expresiones acerca de los niños en el sentido de que “no se dan cuenta”, y así, someten a los pequeños a un nivel de angustia innecesario ante peleas de pareja, decisiones (o amenazas) de divorcio, enfermedad de seres queridos e incluso muerte de personas significativas.



Para comenzar, la primera noticia es que los niños SI SE DAN CUENTA. Si bien no están presentes algunas veces en que las cosas ocurren, o están dormidos, ellos perfectamente se dan cuenta de que algo no anda bien.


Nosotros como adultos pensamos que no tienen forma de notar la situación y no les decimos nada y entonces comienza el problema: los pequeños son por naturaleza egocéntricos, además de tener la imaginación muy desarrollada, por lo que, cuando un niño siente que algo no está bien en su familia o en algún tema que le afecta, se ponen en marcha dos mecanismos muy dañinos:

  1. El pequeño pensará, en primer lugar, que la culpa de eso que está pasando, es de él. Imaginemos por un momento la angustia que debe generarle a alguien que aún no puede hacerse cargo de sí mismo, pensar que papá se fue de la casa porque el día anterior él (el niño) no quiso comerse las verduras o que papá y mamá no se hablan porque a veces moja la cama (cuando en realidad no tiene nada que ver).

  2. Por otro lado, el pequeño va a completar los “pedazos” de información que tiene con historias que ha visto en la televisión, que han sucedido a su alrededor, o con lo que su imaginación le dicte. Esto puede generar verdaderas películas de terror con las consecuencias que ello tiene para el estado de ánimo del niño, quien aún no tiene todos los recursos emocionales para lidiar con una presión tan fuerte.


Entonces, ¿Qué hago si en mi familia está ocurriendo algo feo? No importa si es algo que sabes que tiene arreglo, como una discusión matrimonial, o si es algo irreversible como la muerte de uno de los abuelos. SIEMPRE debes hablar con tus niños.


  1. Busca un momento en el que puedas tener paz para charlar con los pequeños. Las prisas por llegar temprano a la escuela o la tensión por entender la tarea de matemáticas no son buen momento para tocar un tema desagradable.

  2. Trata de resumir en poquitas palabras la situación, apenas una o dos frases. Hablar de lo que pasó hace décadas o de lo que esperabas que pasara dentro de diez años solamente confundirá a tus hijos. Por ejemplo: “Ayer en la noche seguramente te diste cuenta que papá y yo estábamos enojados, quería platicarte que tuvimos una discusión porque no estuvimos de acuerdo pero esto se va a arreglar”.

  3. En seguida EXCLUYE a tu hijo de la situación y bríndale tu apoyo: “Esto que está pasando no tiene nada que ver contigo, papá y mamá te seguimos amando y siempre vas a contar con nosotros.

  4. Déjale lo más claro posible las consecuencias que esta noticia va a tener en la vida del niño (no en la tuya): “Ahora que abuelita se fue al cielo, vamos a buscar una escuela para que puedas comer allí y yo te pueda recoger más tarde, cuando salga del trabajo”. De esta forma le permites a tu hijo delimitar lo que puede esperar y no temer cosas que ni siquiera entran en el campo de lo posible.

  5. Conserva la “puerta abierta” para cualquier cosa que tu hijo quiera preguntarte o compartirte. Después de recibir la noticia, al igual que los adultos, va a necesitar un tiempo para procesarla y entonces surgirán preguntas y emociones. Permite que tu pequeño sienta la confianza de acercarse para decirte lo que piensa y lo que siente. Esto estrechará la relación entre ustedes y te permitirá prevenir consecuencias negativas.


Espero que este artículo te sea de ayuda para enfrentar esas situaciones que a todos en algún momento nos ocurren. Sé feliz, que para eso estamos vivos.


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