La intuición femenina de la Mujer salvaje
Hoy voy a dedicar mis letras a recomendarte un libro que pienso toda mujer debe tener en su buró de cama: “Mujeres que corren con los lobos”. Ojalá que esta pincelada te incite, lectora, a descargarlo, a ir por él a la librería, pero sobre todo, a despertar.
La doctora psicoanalista junguiana, poeta y bióloga internacional Clarissa Pinkola Estés propone de manera única, una gran herramienta que puede utilizar cualquier mujer, para apelar a ese anhelo de lo naturalmente salvaje, eso que tiene muy pocos antídotos culturalmente aceptados.
Dice en su libro: “Los lobos sanos y las mujeres sanas comparten características psíquicas: una aguda percepción, un espíritu lúdico y una elevada capacidad de afecto. Son sociables e inquisitivos y están dotados de una gran fuerza y resistencia.
Son también extremadamente intuitivos y se preocupan con fervor por sus vástagos, sus parejas y su manada. Son expertos en el arte de adaptarse a las circunstancias siempre cambiantes y son fieramente leales y valientes.
Y, sin embargo, ambos han sido perseguidos, hostigados y falsamente acusados de ser voraces, taimados y demasiado agresivos y de valer menos que sus detractores. Han sido el blanco de aquellos que no sólo quisieran limpiar la selva sino también el territorio salvaje de la psique, sofocando lo instintivo hasta el punto de no dejar ni rastro de él.” (Pág 9.) Es ahí donde entra la necesaria recuperación de la esencia de lo femenino naturalmente salvaje.
No se puede abordar la cuestión del alma femenina moldeando a la mujer de manera que se adapte a una forma “más aceptable” según la definición de una cultura que la ignora, y tampoco se puede doblegar a una mujer con el fin de que adopte una configuración intelectualmente aceptable para aquellos que afirman ser los portadores exclusivos del conocimiento. No, eso es lo que ya ha dado lugar a que millones de mujeres que empezaron siendo unas potencias fuertes y naturales se hayan convertido en unas extrañas en sus propias culturas. El objetivo tiene que ser la recuperación de las bellas y naturales formas psíquicas femeninas y la ayuda a las mismas.
A través de relatos, cuentos y mitos que Clarissa Pinkola ha recopilado como viajera y protectora de estos, nos proporciona las interpretaciones que aguzan nuestra visión y nos permiten distinguir y reencontrar el camino trazado por esta naturaleza salvaje; nos infunden confianza, nos siguen conduciendo hacia el conocimiento cada vez más profundo de nosotras mismas.
Los senderos que todos seguimos son los del Yo instintivo innato y salvaje. Le llama la “Mujer Salvaje” porque estas palabras crean el llamar a la puerta de la profunda psique femenina. Cualquiera que sea la cultura de una mujer, ésta comprende intuitivamente las palabras "mujer" y "salvaje".
Dice en su libro: “Cuando las mujeres oyen esas palabras, despierta y renace en ellas un recuerdo antiquísimo. Es el recuerdo de nuestro absoluto, innegable e irrevocable parentesco con el femenino salvaje, una relación quizá ya fantasmagórica como consecuencia del olvido o tal vez enterrada por un exceso de domesticación y proscrita por la cultura circundante, o incluso ininteligible.” Es imperativo desmenuzarle.
El arquetipo de la Mujer Salvaje envuelve el ser alfa matrilíneo y no es casual que los lobos, los coyotes, los osos y las mujeres inconformistas tengan una fama parecida.