Divorcio… efecto en nuestros niños
Hoy en día ha ido en aumento el número de separaciones entre las parejas, lamentablemente. Sin embargo, cuando hay hijos de por medio, la separación es otro cantar. A mayor desacuerdo y hostilidad entre los padres, mayor será el daño hacia el menor.
Los niños quedan en medio de una situación que puede ser desde lo más saludable hasta lo más agresivo, y aunque se esté en favor de mantener la familia unida a veces es mejor una sana separación. Como madres y padres lo que menos queremos es afectar a los hijos pero eso será inevitable, así que debemos encontrar la mejor forma de ayudarlos y acompañarlos.
Comienza por considerar los factores de riesgo para los hijos en el divorcio: El impacto emocional, el económico, el social pero sobre todo debemos considerar la edad de los pequeños y se debe evaluar la forma en que los adultos llevan dicha situación con ellos. Aquí una orientación general:
De 3 a 5 años:
Probablemente los hijos se sienten responsables y culpables de la separación, pues frecuentemente las discusiones entre padres tienen que ver con alguna actividad que hayan o no cumplido.
Temor al abandono, a quedarse solos. Si alguno se fue de casa y no se dio explicación adecuada, el pequeño puede pensar que el otro padre también se irá.
Pueden presentar conductas regresivas, como volver a orinarse en la cama, o chuparse el dedo o reaccionar como un niño de menor edad en general.
Miedo al rechazo, a que los padres dejen de amarlo.
Seguramente sentirán enojo, tristeza, depresión, baja autoestima y/o ansiedad.
De 6 a 12 años:
Aunque se den cuenta de una forma más realista de la situación, podrían idealizar a alguno de los padres, generalmente al ausente, y responder agresivamente con el que conviven más. Paciencia.
Mantienen la fantasía de que sus padres vuelvan a estar juntos, por un deseo de que su vida vuelva a ser lo que era antes.
Entrada la pubertad, una separación puede ser un catalizadorque magnifique alguna de las conductas esperadas en esta etapa.
¿Cómo ayudarlos durante la transición?
Repetirles constantemente que los aman y demostrarlo con hechos.
Ser honestos, claros y concretos para mantener una buena comunicación.
No hablar mal de la expareja, la alienación parental genera mucha angustia y confusión en los hijos.
No utilizarlos como mensajeros o espías de la vida de la expareja.
No involucrarlos en conflictivas de adultos.
Fomentar que expresen sus emociones y ESCUCHARLOS. Ellos también han perdido muchas cosas con la separación.
Finalmente…
Mantener una sana comunicación con la expareja es crucial, ya que mientras haya hijos, siempre estarán unidos.