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La ciencia descubre aplicaciones terapéuticas del ayuno

Todas las grandes tradiciones sanadoras de la humanidad han recurrido a diferentes formas de ayuno. Sin embargo, esta medida terapéutica fue despreciada por la medicina académica moderna como una superstición. Solo los médicos naturistas no dejaron de considerarlo eficaz a lo largo del duro siglo XX. Pero algunos científicos de vanguardia están empezando a reconsiderar su utilidad.

Así lo sugieren los estudios de Valter Longo, gerontólogo de la Universidad del Sur de California. En ensayos realizados con ratones ha comprobado que el ayuno -sobre todo, reducir la ingesta de proteína– aumenta la eficacia de la quimioterapia al disminuir la producción de la hormona denominada "factor de crecimiento insulínico".

Otros científicos proponen el ayuno como una medida preventiva frente a problemas de salud frecuentes como la diabetes, la obesidad o los trastornos cardiovasculares. Una reducción en la ingesta está asociada a una mayor resistencia al estrés, menos enfermedades y más longevidad, según una revisión de estudios realidad por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (referencias aquí y aquí).

Estudios como los de Krista Varady, de la Universidad de Illinois, han mostrado la eficacia del "ayuno en días alternos", que implica seguir la dieta habitual un día y al siguiente limitar la ingesta de calorías a 600 calorías los hombres y 500 las mujeres.

Una versión del ayuno en días alternos, denominada 5:2, consiste en no limitarse 5 días de la semana y seguir la dieta reducida los otros dos días. Para los investigadores hay una lógica detrás de la dieta intermitente: a tres día de construcción y crecimiento siguen dos de descanso y reparación. No obstante, se trata de una propuesta experimental, cuyos beneficios a largo plazo aún no han sido comprobados científicamente.

Tipos de ayuno

Ayunar no significa siempre una ingesta nula. En la tradición naturista existen varios tipos de ayuno. El ayuno más extremo implica renunciar a todo excepto al agua y sólo puede realizarse bajo un estricto control médico. En el ayuno a base de líquidos se ingieren infusiones, caldos y zumos hasta un máximo de 300 calorías diarias.

De este estilo es el ayuno Büchinger, que se realiza durante 17 días en clínicas especializadas y cuenta con defensores tan famosos como el premio Nobel Mario Vargas Llosa. El ayuno a base de savia de arce es popular entre los naturistas y resulta quizá uno de los más accesibles a la mayoría de personas.

Los ayunos más recomendables son limitados y se mantienen durante poco tiempo. Ante el ayuno, el cuerpo consume primero las reservas de glucógeno en músculos e hígado, luego las de grasa. Al mismo tiempo se ponen en marcha procesos de desintoxicación y regeneración. Pero hay que parar el ayuno antes de que el cuerpo recurra a sus propias proteínas para obtener energía, pues se dañarían los órganos.

La mayoría de personas sanas puede beneficiarse preventivamente de un ayuno de un día, una vez a la semana. También se puede usar como recurso terapéutico en numerosos trastornos, siempre que el enfermo tenga reservas. Puede ser útil en caso de obesidad, colesterol alto, ciertas infecciones, dolores reumáticos o problemas de piel o digestivos. En todos los casos, por supuesto, son necesarios la indicación y el control de un médico.

FUENTE: El Correo del Sol

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