"YO SANÉ DE LUPUS"
Esmeralda Guzmán ha padecido una difícil enfermedad, desde que tenía 13 años. Ahora, a sus 23, está en la recta final de un largo camino a lo que tantos médicos alópatas asegurarían que sería su compañera de por vida: LUPUS
.Fue en la adolescencia cuando los primeros síntomas de esta rara enfermedad comenzaron a aparecer, mismos que ella relaciona con una etapa de conflictos emocionales: ronchas, moretones, picazón y fiebre.
“Comencé con temperatura por las noches”, recuerda Esmeralda, a quien su madre llevó con aproximadamente 10 médicos, hasta que un amigo suyo le dijo que probablemente se trataba de Lupus: “Cuando me salían las ronchas, noté que éstas formaban una mariposa en la cara, desde las mejillas hasta la frente”.
Su madre la llevó a la Ciudad de México: “La verdad es que yo me he sentido muy estable con este médico, pero siempre me dijo que tomaría medicamentos de por vida”.“Yo bloqueé muchas cosas, pero lo que sí sé es que mis células atacaban a mi propio cuerpo. Hay 3 diferentes tipos de Lupus, pero el que yo tengo es el más grave: puede atacar a cualquier parte de tu cuerpo: piel, huesos, circulación, hasta los riñones”.
Esmeralda recuerda haber tenido fuertes crisis antes y después de que se desataron los problemas con el riñón: “Lo más difícil fueron los problemas de circulación, pues estuve a punto de tener una embolia. En otra ocasión me vino un problema en los huesos; mis niveles de urea y creatinina subieron, aunque no al grado de la diálisis”.“Hace aproximadamente un año se me reventó una arteria en el cerebro, para entonces mi mamá ya había tenido contacto con Códigos; pero cuando teníamos fecha para ir, tuvieron que operarme de emergencia. Así pasaron 5 meses y, al regreso del Maestro Sananda a México, esta vez la visita fue contundente.
“El Maestro Sananda fue el único que me dijo: “Yo te voy a curar de esto”. Antes de iniciar el tratamiento, le hicieron estudios de Anti-DNA,: al mes de llevar el tratamiento, sus niveles de virus habían descendido notablemente.Hoy en día, a 1 año de comenzar con Códigos Solares, Elena, una joven psicóloga que hoy se siente feliz de despedir a esa enfermedad, manifiesta: “Estoy agradecida con mis Maestros espirituales, quienes reconstruyeron mi cuerpo”.
Su médico de cabecera ha retirado gran parte de los medicamentos y ahora está en la recta final de su tratamiento.